Novedades


ENTREVISTA

El año pasado dí un curso intensivo dentro de la programación anual del NANO Festival de Fotografía. Para promocionar dicho taller me hicieron una serie de preguntas. Reproduzco aquí la entrevista en su totalidad. Las preguntas son de Lucía Franck Langer:

1. Tu trabajo combina mucho pintura y fotografía a modo de collage, además de intervención digital. ¿Cómo fue que empezaste a mezclar las disciplinas? ¿Te parece que, de alguna manera, te da más libertad o te permite expresar cosas que sólo con una u otra no podrías hacer? Te lo pregunto así porque mi madre es artista visual también, pero ella empezó estudiando grabado, después artes plásticas y por último fotografía. 

Empecé a estudiar fotografía de muy jóven: tenía 14 años y me recibí a los 18 en la Escuela de Fotografía Creativa Andy Goldstein. Fue una época fascinante para mí, una edad iniciática en muchos aspecto. Logré sostener los talleres a medida que la carrera de fotografía se iba modelando, casi en simultáneo. Pero también es cierto que yo dibujaba muchísimo desde muy chico (dibujo mucho hasta el día de hoy). En esa época también consumía muchísima historieta (FIERRO, Manara, Moebius, etc). Curiosamente hacía collages con recortes de revistas, experimentaba con rompecabezas fotográficos, pero no sabía en esos primeros años que en algún momento esos caminos confluirían. En mi último cuatrimestre en la escuela de foto teníamos que hacer un portfolio para recibirnos. Le llevé varias lineas de proyectos a Andy y un fotocollage. El conocía bien los cruces que estaba explorando y me alentó con mucho tino a profundizar en el fotocollage. Lo sentí como una suerte de licencia. Primero hice una primera serie de 7 u 8 trabajos con los que me recibí y luego seguí trabajando en esa linea. Amplié y explore con los formatos, afianzancé el material, el uso del pastel al oleo, los soportes, la paleta, y más intuitivamente los motivos. Trabajé intensivamente durante 5 años en lo que sería luego la serie y catálogo And Polenta?. Sin lugar a dudas, en ese entonces el cruce entre fotografía, dibujo y pintura me resultò un territorio muy afín, y tuve la suerte de combinar constancia con otras miradas sensibles que me alentaron y acompañaron a lo largo de esos años. Usé intervención digital muchos años después. Muy poco por cierto, y nunca logró reemplazar la afinidad que siento con el dibujo y la pintura, y también con la dimension táctil y material que estos lenguajes conllevan. Lo digital decantó más en mi trabajo de diseñador gráfico. Los talleres de intervención que doy tienen justamente como objetivo recuperar ese tipo de factura (que la digitalización ha dejado un poco de lado), como un gesto romántico, pero también como un ejercicio.



                                           Ultima Estación (1996). De la serie And Polenta?

2. Según entiendo en tu biografía, vos empezaste con fotografía en la escuela de Andy Goldstein (quien además te ayudó con "And Polenta?"), y también estudiaste con Juan Travnik, que en su labor de reportero gráfico trabaja con imágenes que, de alguna manera, le hablan por sí solas. Después llegaron Cornejo y Astica, que desde otras disciplinas aportaron lo suyo. Obviamente, cada artista hace su propio recorrido una vez adquirida la técnica, pero me pareció interesante, justamente, ahondar en ese recorrido. 

Un poco el recorrido de los primeros años es el que cuento más arriba. A Juan Travnik lo tuve en una materia sobre Hisotria de la Fotografía. Nos planteaba autores, una problemática y a partir de eso una consigna. Yo conocía su trabajo muy bien, me encantaba, y lamenté nunca mostrarle mis ejercicios, sobretodo por timidéz. Con Cornejo fue distinto. Lo conocí años después a través de Blas Castagna quien me lo recomendó. Iba a su casa  una vez por semana y pasaba muchas horas en su estudio. Podía ver su trabajo en proceso que era interesantísimo. Quizás era lo que más me atraía de su estudio, inclusive más que las clases. Fueron años de mucha asimilación. Luego me invitó a compartir un piso donde tuvimos nuestros respectivos talleres. Mi paso por el taller de Juan Astica también fue muy importante  en esos años, aunque fue una experiencia muy distinta. El era muy buen docente (no sé si sigue dando clases). Trabajaba un poco “transversalmente” con sus alumnos, intervenía muy poco en lo que uno hacía, y eso te obligaba a transitar y buscar, que es fundamental para la enseñanza: no señalar un norte, sino acompañar. Quizás venía y como al pasar te decía algo, que nunca era menor y siempre era, al menos interesante. En esos años descubrí la pintura al oleo, el resurgimiento de la pintura de los 80´s (neoexpresinismo alemán, transvanguardia italiana, bad painting, etc) pero sobretodo el arte del siglo XX en general. Como bien decís, fue el comienzo de un recorrido. Luego produje varias series de fotocollages, y a medida que afianzaba la técnica, también empecé a perder riezgo y consecuentemente interés. No un interés total claro. Pero si sentí que mi curiosidad me empezaba a llevar por otros territorios más a tono con el arte contemporáneo. Son esas inflecciones (reflexiono ahora con la distancia), esas rupturas, también las lo hacen madurar a uno como artista y también como persona. En paralelo me casé, viví en Praga nueve años (mi mujer es checa), nacieron mis dos hijas, tuve que aprender idiomas y reinventarme varias veces, volví a vivir en Buenos Aires, Uf¡…quiero decir, el recorrido también tiene que ver con ese tramado imprevisible que es la vida misma, la cual todos los mortales con más o menos suerte nos vemos inevitablemente sumergidos. El artista puede al menos ir dejando un registro en paralelo de ese tránsito, dar cuenta de sus edades e intereses, con más y menos compromiso, con una incidencia o exposición de su obra.


                            Cada perro, otro pueblo (1) (2001). De la serie Dónde está Julinka? 

3. Más allá de tu formación profesional, ¿siempre tuviste interés y cercanía con el arte? En tu biografía, hablás de los inicios de la serie "And Polenta?" como si fuera un juego, anterior a tus estudios y trabajos artísticos. 

Mi interés por el arte, como ya conté, surge muy tempranamente. Tuve la suerte de venir de una familia ligada a las ciencias sociales con mucha sensibilidad por lo artísitico y la cultura en general. El momento bisagra quizás lo sentí cuando, luego de producir las primeras obras, hubo que lidiar con ese entramado complejo que es el campo artístico, y descubrí que hay muchos otros actores y variables en juego. Aquí y en paises con menos recursos (con menos programas, menos mercado, menos apoyo del estado, menos facilidades), el compromiso con el arte es decisivo, porque te obliga a buscar medios de subsistencia extra artísitcos, y eso te plantea una dicotomía, una simultaneidad, que es necesario saber integrar (o llevar sin conflicto) para que finalmente tenga un signo positivo. Pero esa dualidad también puede plantearte un alejamiento gradual o definitivo. En Rep Checa, donde conocí bien el medio artístico, hay poquísimas vacantes  en las academias e institutos de arte. Una vez dentro, la ofertas de destinos para intercambio entre estudiantes por un lado y la infraestructura de trabajo son asombrosos. Claro, existe ese filtro selectivo que es tremendo, cruel por momentos, pero una vez del otro lado, la realidad del artista es otra. 

4. Tus viajes, ¿influencian tu trabajo de alguna manera? 
Tu obra está llena de guiños a personas conocidas y fotografías familiares, ¿esto tiene que ver con una búsqueda de un espacio compartido y cercanía, o simplemente son las herramientas con las que disponés y elegís trabajar? ¿Los modelos de Untouchables eran personas aleatorias o conocidos? 

Untouchables fue una serie que hice con amigos y concocidos que vivían en Praga y también eran extranjeros. El idioma es fundamental para toda persona que desea incertarse, no tanto economicamente sino sí social y culturalmente. Como el checo es una lengua tan compleja, de origen eslavo, con un sistema de declinaciones endemoniado, me parecía que todos teníamos en común esa barrera  o desafío con lo idiomático. Yo por ejemplo, si bien aprendí a hablar y comprendo bastante, siempre tuve la sensación de vivir dentro de una ficción. Fue muy importante tener sentido del humor y practicar una suerte de “comprensión flotante” , que es un poco lo que hacen los chicos cuando aprenden el lenguaje.

Los viajes, por otro lado, sin lugar a dudas son formadores, hacen al recorrido (como mencionábamos antes). Te muestran ‘lo otro’ pero también te ponen en evidencia todo lo que cargás, que quizás uno no vislubra tanto viviendo en su propio medio. En cuanto a los “guiños y fotografias familiares” es algo que aparece quizás más en mi obra más temprana. En esos años todavía vivía con mis padres y mi hermano, frecuentaba mucho la casa de mi abuela paterna y todavía vivía mi abuelo por parte de mi madre. Con estos abuelos generé vículos afectivos muy fuertes. Mi abuelo Mateo fue mi modelo muchas veces, inclusive terminó estando en la tapa del catálogo And Polenta?. Pero volviendo a tu pregunta, si trabajé con el entorno que me rodeaba en distintos momentos de mi vida, ha sido más como un espacio compartido que como una necesidad o búsqueda.

5. ¿Cuando comenzás una obra, ¿es en base a una fotografía, o la imagen va surgiendo por otro lado y la foto se incorpora después?

Si la obra es un fotocollage, antes partía de una foto (un retrato, un paisaje, un objeto) y sobre ese núcleo acomodaba el resto. Generalmente eran rompecabezas o varias copias de una misma foto. En ese primer armado, en esa primera composición, aparecía la estrucructura y yo lo que hacía luego era completar el resto, asociar, experimentar. En algunas series trabajé con material de archivo, que seleccionaba cuidadosamente. En otras (la Fiesta de los Muertos por ejemplo) use material de otros fotógrafos pues ya no tenía laboratorio y eso me condicionaba mucho.
Lo último que hice con fotocollage fueron obras de gran formato, donde planteaba un gran fondo/escenario y sobre eso empezaba a generar acciones, personajes, situaciones. Me gusta mucho el formato grande, uno tiene que tensionar su práctica y también se manejan otros tiempos. Cuando pinto trabajo muy rápido, muy visceralmente, entonces el formato grande me plantea un obstáculo, me atrasa. Fantaseo (no lo sé) que si retomaría una vez más el fotocollage sería para partir de allí. Eso me atrae. Pero en este momento no tengo esa infraestructura, así que mi investigación plástica se centra justamente en lo opuesto: objetos intervenidos en formato chico, maquetas, proyecciones de piezas e instalaciones.

6. ¿Cómo se trabaja la intervención? ¿Empieza digital o con la fotografía en formato físico, en un lienzo, con óleos..?

Supongo que cada artista tiene sus estrategias, por llamarlo de alguna manera. En los talleres de intervención de imágenes que doy, trabajo con consignas muy puntuales. Eso plantea un marco de contensión, que siempre trae muy buenos resultados. Son ejercicios. Hay gente con más y menos experiencia, y la idea es que también pueda hacerlo gente con poca o ninguna formación artística. La intervención es una excusa para trabajar con la experimentación plástica. Es vertiginoso, pero no deja de ser una experiencia muy vital, donde hay que desprenderse de moldes y estructuras, salir de la zona de confort (como dicen ahora). Tengo ex alumnos que han tomado consignas de los talleres y han seguido trabajando con ellas por su lado, lo que habla bien de las consignas, de los vericuetos que pueden llegar a tomar. Mi objetivo es (más allá del trabajo concreto a producir) compartir herramientas y mi experiencia como fotocollagista, generar un espacio de intercambio. No trabajo tanto con lo digital en los talleres, sino justamente con procesos analógicos. 

7. Por último, ¿hace cuánto volviste a la Argentina? ¿Querés contarnos en qué estás trabajando ahora?
Volví a al Argentina a comienzos de 2010. Desde entonces he pasado por muchos lugares y me he tenido que adaptar nuevamente a Buenos Aires, que tiene una dinámica muy particular. Hace algunos años emprendí un proyecto musical/audiovisual llamado La Sonámbula que sigo hasta el día de hoy. Paralelamente a mi formación de artista visual he estudiado música durante muchos años, centrándome en la composición. En el grupo toco el piano, compongo (somos un sexteto) y trabajamos con Ange Potier, que es un artista francés muy talentoso que vive hace varios años en la Argentina. Ange dibuja y anima en vivo en los conciertos. Hemos grabado un primer disco y en estos meses entramos a grabar un segundo. Es un formato interesante que estamos todavía explorando. Tengo ganas (en algún momento) de cruzarlo con la danza y el teatro de sombras. Trabajo también en algunos otros proyectos en paralelo: hago slideshows de fotografías con mi mujer cuando viajamos. Los llamamos Diarios de Viaje #. También junto a Jitka, mi mujer, trabajamos en una serie de fotos llamada LOCACIONES, que son fotografías escenificadas de La Sonámbula. Por ultimo estoy pensando en hacer una muestra individual este año en Central Newbery donde mostraría mesas de trabajo (objetos intervenidos), mucho dibujo y algunas maquetas en cartón. Es algo que vengo trabajando hace mucho y necesito darle un cierre para seguir adelante. Veremos si puedo concretarlo.









TALLER DE FOTOCOLLAGE 
(trabajo de alumnos- hacé click en la primera imagen para ver los trabajos en forma de galería)














TALLERES INTENSIVOS PARA DESPUES DEL FIN DEL MUNDO